
¿Alguna vez has tenido tanta hambre que has dicho que te comerías un buey entero por las pezuñas? Bueno, pues ni siquiera un buey estándar habría tenido suficiente chicha para poder crear la hamburguesa más grande del mundo.
No, no, por una vez no fueron los estadounidenses quienes nos sorprendieron con su pasión/obsesión por hacer las cosas más y más enormes. Fueron los alemanes, como si quisieran rendir homenaje a la ciudad que vio nacer a la hamburguesa moderna: Hamburgo.
Vamos, la mayor burger que ha parido madre, según el Libro Guinness de los Récords, la preparó un grupo de seis chefs en el año 2017 en Pilsting, un pueblito alemán de apenas 7000 habitantes situado allá donde el viento da la vuelta.
La hamburguesa más grande del mundo dio un total de 1164 kilogramos, es decir, tonelada y piquichi. Para que te hagas una idea, es más o menos lo mismo que pesa un oso polar adulto y fuertote, un Ford Fiesta de serie o los glúteos de la Kardashian.
El hamburguesón alcanzó la friolera de 3,8 metros de punta a punta. Vaya, que difícilmente habría cabido en el salón de un piso de estudiantes, al menos sin quitar el tendedero de en medio primero.
Se preparó con tres enormes trozos de carne (un buey y medio, aproximadamente), dos rebanadas de pan que se habrían podido usar de colchoneta de playa, media huerta murciana de lechuga, cebolla y pepinillos, y queso como para asfaltar la Diagonal ida y vuelta.
Si te cuesta darle la vuelta a la tortilla, imagínate hacerlo con una hamburguesa de más de una tonelada. Además de una parrilla digna de maestro paellero valenciano y espátulas tamaño remo, necesitaron una pequeña grúa industrial para que quedara bien churruscadita por ambos lados.
Los seis chefs a los mandos tardaron en tener lista la burger unas ocho horas, el tiempo de una jornada laboral o lo que tarda un funcionario público en devolverte los buenos días.
Este hito atrajo a unos 6000 curiosos, básicamente, casi todas las personas que vivían en el pueblo, ya que el destino del hamburguesón no era terminar en un museo, sino en la barriga de todo aquel que quisiera ser partícipe, en cierto modo, de este récord mundial.
En Hideout Burger igual no haremos las hamburguesas más grandes del mundo (de momento), pero sí las mejores burgers de Barcelona, concretamente, las smash burger, la técnica que consiste en aplastarlas contra la parrilla para que el sabor quede más concentrado.
Así que, si estás en Barcelona y no aún tienes plan para este finde, haznos una visita en Hideout Poblenou o por Hideout Eixample, pídete tu smash burger favorita y descubrirás que lo que importa no es el tamaño: es la técnica.